domingo, 14 de diciembre de 2008

Cartoneros

Todos los días, miles de "cartoneros", a veces familias enteras, a veces niños, invaden Buenos Aires. Algunos viven en la propia ciudad. Pero la mayoría vienen del Gran Buenos Aires, muchos caminando, otros en camiones que los acercan con sus carritos al centro.

Buscan cartones (de ahí su nombre), plásticos, vidrios, latitas de aluminio, (y hasta comida) en las bolsas de basura de la ciudad, para venderlos, por lo que obtienen unos pocos dólares por día y ya forman parte del paisaje de Buenos Aires. Es común verlos en cualquier lugar de la ciudad, en barrios residenciales y de oficina.


Callao al 100

Algunos dicen que la invasión de cartoneros se debe a la crisis que estalló en el país a fines del 2001. Es una verdad a medias. Muchos de ellos son desocupados que hace años perdieron su trabajo, o jóvenes que nunca lo consiguieron -producto de un proceso de desindustrialización que lleva décadas- iniciado con la auto titulada "revolución Libertadora" (1955-1958), consolidado con el trilateralista Martínez de Hoz durante la dictadura militar (1976-1982), legalizado por Alfonsín (1983), y rematado por Menem (1989-1999).

Pero fue la misma devaluación que achicó los salarios e hizo subir los precios de productos que hasta hace poco era más barato importar que reciclar la que generó esta nueva "fuente de trabajo".


La otrora orgullosa "ciudad más europea de América Latina" -consumista y snob- se encuentra con este fenómeno, que es el reflujo de aquella marea de argentinos que iban a Miami o Brasil, comprando toda clase de productos (el deme dos) gracias a la artificial convertibilidad y el dólar barato, mientras se destruía sistemáticamente la industria nacional.


En condiciones muy precarias, los cartoneros reciclan centenares de toneladas de residuos por día, de una manera mucho más eficaz que las empresas recolectoras de residuos contratadas por la ciudad.


"Reciclar es una necesidad urgente. Lo más barato y con un plan serio son los cartoneros. Ya que hasta hora las empresas concesionarias no reciclaron y hasta se robaban el material para los centros verdes. Tampoco con el sistema de contenedores tapa naranja se recicló un kilo de material", expresaron representantes de organizaciones de cartoneros.

Desde el 2004 las empresas concesionarias vienen cobrando importantes sumas por los servicios de recolección diferenciada para grandes generadores (hoteles cinco estrellas y shoppings, por nombrar sólo algunos) y, a partir de 2007, por la recolección domiciliaria. "Sin embargo, en cuatro largos años no han logrado recolectar material reciclable equivalente a tres días de trabajo de los cartoneros, según las propias estadísticas del Gobierno de la Ciudad desde el 2005 a la fecha", señalan las representantes de estas organizaciones.
Por el momento, el negocio de la concesión de la recolección de la basura, parece ser más importante que la ecología o la situación de los cartoneros.
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