miércoles, 24 de diciembre de 2008

Un "prócer" en Plaza Italia

En 1904 se inauguró el monumento a Garibaldi en la entonces Plaza de los Portones, llamada así por los grandes portones que había en la entrada al Parque 3 de Febrero, cambiando el nombre por el de Plaza Italia.

El lugar fue tenido en cuenta por la afluencia de gente que concurrió a la primera Exposición de la Sociedad Rural, en 1878, y se incrementó a partir de la inauguración del Jardín Zoológico en 1890 y del Botánico en 1892.


Los "Portones de Palermo" desaparecieron en 1917. Sólo se conserva la arcada que se ve a la derecha, que fue durante mucho tiempo la entrada principal del Jardín Zoológico.
La imagen de Garibaldi -prócer de la unidad italiana-, que ya era casi legendaria pocos años después de su muerte (1882), movió a los inmigrantes italianos en la Argentina a levantarle una estatua, para lo cual abrieron una colecta mediante avisos en La Nación y La Prensa.

La inauguración de la estatua tuvo lugar el 19 de junio de 1904, en uno de los actos de mayor convocatoria registrados en esta capital.

Lo encabezó el presidente Julio A. Roca, que compartió el palco oficial con Bartolomé Mitre, el intendente Alberto Casares y el escultor Eugenio Maccagnani -autor de la obra-, más representantes diplomáticos de todo el mundo. Rodearon el palco miembros de los Grupos Garibaldinos -los más entusiastas-, junto a no pocas asociaciones y logias masónicas, a una de las cuales perteneció el militar y aventurero peninsular.

Sus andanzas en el Río de la Plata comienzan en 1841, cuando pasó a Uruguay, en circunstancias en que estaba en curso la guerra del presidente depuesto de Uruguay Manuel Oribe -apoyado por Juan Manuel de Rosas- contra el gobierno de facto presidido por el Gral. Fructuoso Rivera instalado en Montevideo y que contaba con el apoyo del Brasil, de las flotas francesa e inglesa y de los "unitarios" argentinos. En 1843 organizó una unidad mercenaria llamada "La Legión Italiana".

La acción más importante de Garibaldi en la Argentina, fue el saqueo de la ciudad de Gualeguaychú el 20 de septiembre de 1845, al servicio de las fuerzas anglo-francesas y de los unitarios de Montevideo.

Por sus aventuras en Italia y Sudamérica, esta especie de "Che Guevara" del siglo XIX fue llamado "héroe de dos mundos", pero teniendo en cuenta que en América fue esclavista, pirata y ladrón de caballos y en el sur de Italia destruyó el reino más próspero de la península, las Dos Sicilias; dejando al Mezzogiorno en la pobreza, sus detractores lo llaman "mercenario de dos mundos".

Hay que reconocer que tanto en América como en Europa, siempre sirvió fielmente a la masonería, es decir, a Inglaterra, donde en 1864 fue recibido con entusiasmo por la población y se reunió con el primer ministro Henry Palmerston.

La plaza cambió mucho desde 1904, no así la mentalidad de la ciudad, de espalda al país, igual que la estatua.

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